Y otra vez te despiertas, con el otoño entrado y el invierno
en las manos.
¿Y qué, si a tus ojos aún les queda un halo de verano y suplican primavera?
¿Y qué, si a tus ojos aún les queda un halo de verano y suplican primavera?
Tú te despiertas con el otoño entrado y el vértigo sentado
en los párpados.
Mirando por la ventana los días pasan entre una gama de grises.
Mirando por la ventana los días pasan entre una gama de grises.
Una nebulosa de tiempo te envuelve y los días pasan entre
deprisa y despacio, indiferentes e inevitables.
Preferiste quedarte a vivir en lo ilimitado del mundo de las
posibilidades,
no quisiste saltar.
no quisiste saltar.
Te quedaste a vivir en un embarcadero,
anclado.
anclado.
Secuestraste tu libertad, porque te creíste perder como
dueño del destino.
Sólo fuiste un cobarde, pero, al fin y al cabo, mío. Mi gran
Atlas,
con la eternidad condenada sobre sus anchas espaldas.
con la eternidad condenada sobre sus anchas espaldas.
Y otra vez te despiertas,
es casi invierno,
y tú,
sigues perdido.
Me gusta mucho como (lo) escribes.
ResponderEliminarUn saludo.
http://www.azucarycenizas.blogspot.com.es