Cuando el deseo se acaba,
cuando el amor es el triste espectro de todo lo vivido, una sombra difusa que
oculta la claridad de los días.
Cuando la ilusión deja paso a la costumbre, cuando son
cadenas las que te atan al eje que hacía girar tu mundo.
En el corazón todo ha terminado y es la mente quién te
mantiene preso.
Prisionero de paredes
vacías.
Y tú,
le aúllas a mi oído,
clamando
libertad.
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