No soy inmortal,
soy infinita.
Una y todo a la vez,
la parte que completa el círculo.
La puerta de entrada y salida a otro universo
que no deja de ser parte de éste.
Soy minúscula y ninguna de mis acciones es insignificante mientras nos expandimos en ondas concéntricas.
Soy eterna porque me he roto y he cambiado de papel.
Infinita porque sigo amando.