jueves, 26 de febrero de 2015

Somatizando


Llevo meses con las palabras atascadas en la garganta,
con una lucha encarnizada abierta de cabeza y corazón. 
Me ahogo queriendo involuntariamente
mientras unas manos trasparentes me agujerean el caparazón. 
Ya no hay envoltorio, no hay hielo, ni pintalabios que maquille
lo que queda de fachada. 

Me miro al espejo, la vanidad se me ha quedado grande,
restos de rímel acentúan las ojeras.
Dudo si ponerme la máscara o dejarme la cara lavada.
Aunque al final ni uno ni otro y sale este a medias tan extraño. 

No han sido pocas noches las que he tenido que dormir con un boquete en el pecho
 e, incluso, con la espalda de mi madre en contacto con el cuerpo.
Me dice que somatizo hasta lo indecible,
aunque yo ya lo sabía,
que la angustia y el vacío han hecho daño
y que ahí tengo la herida. 

1 comentario:

  1. Me ha dolido, aunque yo sepa contarlo pero no me de la gana, aunque sepamos dolernos pero no queramos. Que no sé si buscamos vivir o tan sólo el no morirnos. Cúrate, poco a poco.

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