martes, 26 de noviembre de 2013

Me dejé enredar en ti.

La luz entró por la ventana acariciando los párpados, 
no desperté, quería ver, creía ver. 
Es ese momento en el que decimos asumir la realidad, 
en el que creemos que nada nos puede dañar, somos superiores. 
Dejamos las alas colgadas de la pared para bajar a la realidad, 
pero sin olvidarnos de a qué mundo pertenecemos. 

Cuando colgué mis alas ya lo sabía de antemano. 


Me había dejado enredar 

en ti.


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